LOS DÍAS DE TYSON
Llegaste a la Estación a comienzos de diciembre.Tenías un collar rojo que casi no se veía, escondido entre tus rulos negros y enredados. Pensé en un nombre y el primero fue Tyson. Me gustó, te caía bien. Ahora tenías un grupo de amigos nuevos, una cama, la comida y un nombre. Vos completabas la decena del bando. Hicimos una comilona y festejamos el acontecimiento con un paseo en la laguna. Me acuerdo que estabas nervioso, pero nuestro entusiasmo te contagió y así fue tu primera salida por las trillas. Fueron algunos días maravillosos. Vos me veías llegar y ya te preparabas. Habías aprendido con tus nuevos hermanos. Después del paseo eran las salchichas que coronaban la jornada y la reunión de la tropa bajo el techo de la parada de taxis. Una tarde estábamos prontos para salir cuando te vi de lejos. Era algo extraño. No sentí tu alegría de las primeras veces. Me miraste y renunciaste a venir cuando te llamé. No le di mucha importancia. Todavía no estabas adaptado al ritmo de los otro