La lluvia nos había cerrado los ojos durante la travesía. Ahora empezábamos a ver. Una pulsera enterrada en el barro soltaba reflejos brillantes como un farol en el velado poniente lunar. Una carroza camuflada con gruesas lonas, que tapaban en parte el olor nauseabundo, pasó cargada de cadáveres para alimentar a los leones que viven en los montes. —Bonito argumento para una epopeya, ¿no crees? —Que alguien escribirá un día, con certeza. Y pensar que todo sería diferente si llegase arriba. Pero no podía imaginar el peldaño ausente al borde del descansillo. Se quedó con el taco de mi zapato y prendió mi pierna en un agujero. —Abajo los fieles preguntan por vos. Repican como las campanas de la iglesia: «¿dónde está la Magdalena?» —Díganles que está presa porque alguien se robó un peldaño de la escalinata antes que llegase al huerto sagrado. Magdalena veía la calle a través de una ventanilla, que por acaso vino a alinearse con sus ojos. Nunca había pensado que cinturas, mu...
1.La cosa "El cuerpo del profesor Amadeo Melgar, o mejor, lo que ha sobrado de él, fue encontrado esta mañana en estado de semiputrefacción y completamente cubierto por miles de larvas de origen desconocido, que se reproducían a una velocidad espantosa, a trescientos metros de la bóveda de experimentación del MIT, en la Antártida . Allí el Instituto viene desarrollando una serie de tests rigurosamente secretos siguiendo un programa que busca una vía de comunicació n entre el cerebro humano y el universo de la cibernética . Melgar vestía sus ropas de noche y el último contacto con el Centro de Control en Cambridge había sido alrededor de las tres de la mañana, justo instantes antes de la falla total de energía en la bóveda, por razones hasta el momento desconocidas. La otra habitante del puesto de control, la doctora Paula López, desapareció misteriosamente sin dejar rastros. Lo que mantiene totalmente confusos a los científicos es el hecho de que después del apagón, los equ...
El rollizo bebé se hizo un ovillo y cubrió los oídos. Afuera, sus padres discutían con los médicos y la policía. Había mucha gente que él no podía ver, pero estaba perplejo con los gritos y las manifestaciones de admiración y hostilidad que recibía. —Lo encontramos cerca del río —dijo uno de los guardias—. El felino le había mordido una pierna y forcejeaba para terminar de arrancar el resto. Fue necesario amputar. —Vimos lo que muestran las cámaras. Parece un dinosaurio humanoide —decían perplejos los soldados que transportaban la enorme incubadora en dirección al hospital. Lo habían removido de la boca mortífera de un jaguar que había devorado parte de una pierna. Enroscaron firmes compresas en el apéndice sobrante para evitar la hemorragia. Tenían miedo de una infección. Esperaron que la espuma esterilizante limpiase el resto de mucosidad; la expectativa aumentó. La gente se apretaba contra la caja del camión. Acompañaban lo que ocurría dentro del receptáculo por medio d...
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